Todo emprendedor nace con un momento de supuesta lucidez. De repente un día te das cuenta de que has encontrado la solución a un problema, o de que sabes cómo mejorar ese servicio que tan mal hacen otros, o crees que se te ha ocurrido algo que a nadie más ni se le pasa la por la cabeza. Entonces una emoción te embarga. ¡Lo tengo! ¿Cómo no se te había ocurrido antes? ¡Ya sabes cómo te vas a ganar la vida desde ese momento! La sensación es genial, estás seguro de que es una buena idea y de que a todo el mundo le encantará, pero después de la exaltación toca empezar a informarse y surgen un montón de preguntas. ¿Cómo monto la empresa? ¿Cómo lo voy a vender? ¿A quién necesitaré? Y la más terrible de todas ellas ¿Cuánto dinero necesito?
Por supuesto necesitas dinero, en mayor o menor medida, pero
lo necesitas. Así que empiezas a echar cuentas de cuánto necesitarías. Si no
eres un empresario con cierta experiencia o si no tienes formación en gestión
empresarial lo más probable es que subestimes la cantidad de dinero que
necesitas, pero da lo mismo, tú echas tus cuentas para hacerte a la idea. Si el
proyecto no requería de demasiado dinero tradicionalmente los emprendedores
solían plantearse tirar de ahorros, de apoyo económico familiar o de amigos,
trabajar en otra cosa e ir ahorrando hasta disponer del dinero suficiente o
incluso pedir un préstamo al banco, pero lamentablemente esas vías de
financiación se presentan cada vez más inverosímiles.
¡Entonces se enciende una bombilla! En los medios de
comunicación no paran de hablar de los emprendedores, de que hay que ayudarles,
impulsar, innovar, favorecer, apoyar… Así que te pones a buscar ayudas para
emprendedores. Las subvenciones a fondo perdido son cosa del pasado y lo único a
lo que puedes aspirar similar es a algún concurso de emprendedores que ni de
lejos te proporciona la cantidad que necesitas, pero menos es nada.
Las ayudas que sí encuentras fácilmente vienen en forma de
cursos. Hay montones de cursos para emprendedores y de todos los colores, pero
lo mejor es que ¡son gratis! Así que empieza el circuito de cursos para el
emprendedor.
Los primeros cursos, y los más numerosos, con los que un
potencial emprendedor se encuentra hoy en día son los de fomento del espíritu
emprendedor. Es perfectamente lógico, tenemos un panorama laboral desolador, el
trabajo por cuenta ajena cada vez es más escaso y no hablemos de los contratos
indefinidos. Así que si no te dan trabajo créalo tú mismo y si además te va
bien es probable que contrates a otras personas. Así que un joven estudiante o
parado un día asiste a una de estas charlas y sale emocionado, con las pilas
puestas, tiene que emprender, no queda otra, tiene un largo camino por delante.
Realmente creo que estas charlas son importantes y útiles.
Una vez has echado las primeras cuentas y te decides a
emprender toca montar la empresa y ahí entran en juego el segundo tipo de
cursos, los de gestión empresarial. Hay muchos tipos de cursos en esta área,
pero a fin de cuentas te explican las formas jurídicas posibles de una empresa
con sus ventajas e inconvenientes, después te enseñan algo básico de
contabilidad, estudio de mercado, marketing… y casi sin darte cuenta has
elaborado tu primer plan de negocio. El primer plan de negocio es una especie
de mundo de florecillas y unicornios donde el dinero que pides al inversor o al
banco se multiplica como por arte de magia. El papel lo aguanta todo así que tú
pones que vas a tener un crecimiento exponencial de clientes, que tus
servicios/productos van a crecer y mejorar y que vas a ganar mucho dinero. Y la
verdad es que lo piensas, si no ¿para qué te metes en esto?
Este tipo de cursos tiene mucha utilidad en algunos aspectos
y muy poca o nula en otros. Los cursos que se empeñan en enseñarte contabilidad
son un mal trago, porque si pensabas que sabías algo, te das cuenta de que no.
Pero lo bueno es que llegas a la primera conclusión útil: si no eres abogado o
tienes experiencia en la gestión de empresas tu trabajo no es hacer nóminas,
céntrate en otras cosas, esas cosas déjaselas a los profesionales. Lo harán
mejor que tú, te proporcionarán seguridad en tus gestiones y te dejarán tiempo
para dedicarte a labores más importantes en la empresa. Los cursos que más
utilidad tienen en este aspecto son los que tutelan la elaboración del plan de
negocio, es muy importante que hagas una estimación realista de lo que te va a
costar llevar a cabo tu proyecto.
El problema es que puede pasar una importante cantidad de
tiempo desde que empiezas a buscar financiación hasta que la encuentras y
mientras tanto te ves de curso en curso, de concurso en concurso, de pitch
elevator en pitch elevator. Y está bien, aprendes algo de marketing on-line, de
estrategia empresarial, gestión de recursos humanos… ¡pero nadie te explica por
qué no te financia nadie!... Hasta ahora.
Recientemente he asistido a un curso promovido por
emprendoconvodafone.com que te explica precisamente eso, ¿qué dudas se plantea
un inversor cuando le hablas de tu proyecto? El ponente del curso, Raúl Mata, fundador
de eGauss, se ha dedicado a ponerse en la piel del inversor y hacernos ver que
los inversores necesitan la seguridad tanto como los emprendedores el dinero.
El curso emplea como hilo conductor una serie de preguntas
que todo emprendedor debe resolver a un inversor y a sí mismo. De modo que Raúl
se dedicaba a formularnos dichas preguntas, apretarnos las tuercas y hacer que
aflorasen dudas y debilidades sobre el proyecto. Dicho así puede parecer que el
curso se dedica a tirar por la borda las ilusiones del emprendedor, pero en
realidad se trata de todo lo contrario.
Cada proyecto se trata de forma individualizada y
después de desmontar las debilidades del mismo, gracias a las sugerencias de
Raúl Mata y del resto de emprendedores, el proyecto encuentra las respuestas a
las dudas que a cualquier inversor le surgirían y que también deberían haberle
surgido al emprendedor.
Realmente es un curso que marca un salto cualitativo en la
maduración del proyecto y abre los ojos sobre qué falla y cómo debemos
solucionarlo. Próximamente dedicaré otro post a desgranar este curso que no os
debéis perder si queréis emprender. Hasta entonces ¿qué otros cursos creéis que
deberían ofrecer a emprendedores?
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