Según Jorge Cagigas, presidente de Fundipe en una empresa se distinguen tres tipos de personas: “amargueitor, vegeteitor y motiveitor”. Por un lado los “motiveitor”, aquellas personas apasionadas con su trabajo, que lo entienden como su vocación y que aportan de forma continua a la organización. En el extremo opuesto encontramos a los “amargueitor”. Personas negativas, que rechazan todo lo que ocurre en la organización, que son “palos en la rueda” de la empresa” y que sólo trabajan por la contraprestación económica. Entre ambas los “vegeteitor”. Individuos que hacen bien su trabajo pero a los que les cuesta dar un salto.
En España, asegura Cajigas, el panorama empresarial tiene un mayor índice de “amargueitors” que en otros países occidentales. Situación que se debe, en parte, al desarrollo que aún queda por hacer de los recursos humanos dentro de las propias organizaciones. Fundipe es una fundación que lleva 20 años luchando por el desarrollo de la función de los recursos humanos. Cajigas considera que en las empresas se ha dado un salto y se ha pasado de un modelo donde las relaciones laborales tenían un componente servíl a un modelo que se basa en cuánto va a aportar el empleado a la organización y viceversa. Se ha pasado de un modelo de compromiso a uno de contribución. El sentido que el trabajador dé a su labor es fundamental. Con una perspectiva algo más lejana, se ve cómo algo que afecta a su trayectoria vital
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