martes, 21 de enero de 2014

¿Es el ‘crowdfunding’ una buena alternativa de financiación?


Cuando arrancas un proyecto siempre te encuentras con el escollo de la financiación. Aunque también conviene darse a conocer y convencer al público de que tu producto es mejor que el de la competencia. El sistema de financiación colectiva por el que una gran masa apoya con pequeñas aportaciones de capital es un buen escaparate para que tu negocio gane visibilidad. 

A finales de la década de 1980, al ya fallecido Luis von Fanta, quien fuera el primer batería del grupo Extremoduro, se le ocurrió vender papeletas por valor de 1.000 pesetas para financiar la grabación de su primera maqueta. A los pequeños inversores que confiaran en su producto se les recompensaría con una copia del disco cuando estuviera publicado, además de aparecer en los agradecimientos. De esta manera, consiguieron reunir 250.000 pesetas para publicar su ópera prima: Rock Transgresivo. 

El crowdfunding es un sistema de financiación colectiva por el que una gran masa de público apoya con pequeñas aportaciones de capital la puesta en marcha de un proyecto. Y, aunque son muchos los que creen que esta fórmula sólo es aplicable con éxito a propuestas de carácter cultural, existen ejemplos que contradicen esta postura. 

Uno de estos casos es el de Mobincube. Esta start up española, dedicada al mundo de las aplicaciones, ha conseguido levantar 300.000 euros gracias a esta vía de financiación. Y no es el único ejemplo. Miguel Ángel Trujillo, socio de BA International Partners y director en España de FundedByMe Crowdfunding, también destaca otros ejemplos de éxito como el de SMS Grupp, que consiguió un millón de euros de 10 inversores a través de esta alternativa;y el de Virtuous Vodka que, en ocho semanas, logró levantar 110.000 euros de más de 100 personas que confiaron en su proyecto. Francesc Hinojosa, fundador de Eureka Startups, también defiende que el crowdfundig puede servir para todo tipo de empresas, “ya que la creatividad juega un papel muy importante. 

Lo que hay que tener muy claro es que es lo que ofrecerás como recompensa. Aquí es donde entra la imaginación. Y mucho mejor si los premios que ofreces van a ser tu producto final. También puede ser válido si lo que se va a brindar va a ser un nuevo servicio innovador. Es otra forma de probar su aceptación en el mercado”. 

Ventajasa 
Miguel Moya, fundador de la plataforma Injoinet, considera que esta fórmula “supone buscar capital entre los clientes de un proyecto en lugar de hacerlo entre inversores o entidades financieras. De este modo, el emprendedor puede establecer con un criterio más objetivo una valoración más ajustada de su idea de negocio antes de endeudarse o repartir capital de su potencial empresa. Sirve también como investigación de mercado, ya que cuenta con herramientas que permiten crear comunidad de early adopters y establecer un diálogo con el público para asegurar que el producto o el proyecto gusta antes de darle a los clientes aquello por lo que están dispuestos a pagar”. 

Pero como toda moneda tiene dos lados, este sistema también presenta algunos inconvenientes. Manuel Balsera, emprendedor y business angel, cree que la mayor pega que se le puede encontrar a esta estrategia de financiación es que al final estás repartiendo tu empresa con mucha gente con la que debes ser transparente. Por eso mismo y como advierte Trujillo, esta vía “requiere una preparación especial y llevar a cabo durante varios meses una estrategia de comunicación muy exhaustiva. Generalmente, los emprendedores no tienen los conocimientos específicos o no quieren invertir tiempo y recursos económicos para conseguirlo. El emprendedor también tiene que trabajar con sus abogados para preparar una estructura de la operación y un pacto de accionistas que haga armoniosa la entrada de muchas personas en el accionariado de la compañía”. 

Escaparate

El crowdfunding, por tanto, no es sólo un sistema para levantar capital, también sirve como campaña de márketing de la empresa y una manera de validar en el mercado la calidad del proyecto. Así también lo entiende Jordi Vinaixa, director académico del Instituto de Iniciativa Emprendedora de Esade, quien, además, considera que ésta es una forma estupenda de hacerse ver, no sólo entre los pequeños inversores interesados, también entre financiadores más potentes. Trujillo desvela, incluso, que este sistema es tan importante como campaña de ima-gen “que hay business angel europe-os como Paulo Andrez, presidente de European Business Angel Newt-work (EBAN), qua ya empiezan a exigirlo como medio para filtrar los proyectos en los que invierte”. Como apunta Moya, un proyecto que haya tenido éxito con una ronda de crowdfunding se presenta frente a otras fuentes más tradicionales de inversión con números sobre el papel: “Los financiadores reducen su índice de incertidumbre sobre el proyecto, y los creadores pueden negociar con cifras reales las condiciones de la negociación en lugar de hacerlo sobre la base de criterios casi premonitorios o comparativos con otras empresas del sector”. 

Pero no podemos olvidar que este sistema presenta diferentes formas. Así lo recuerda el profesor de Esade que habla por un lado del crowdsourcing como una manera de democratizar el apoyo a los proyectos; y del crowdlending como la tendencia de los préstamos. Esta fórmula todavía está comenzando en nuestro país y hay mucha gente que la sigue relacionando con el ámbito de la cultura. Y, a pesar de que se hayan financiado algún que otro film a través de este sistema, cada vez es más habitual encontrar ejemplos que demuestran su viabilidad para cualquier sector. Luis von Fanta no supo ponerle el nombre para denominar la fórmula con la que financió el primer disco de uno de los grupos de rock más transgresores del panorama español pero demostró, hace más de 25 años, que el mecenazgo colectivo funciona. 

Y ahora con Internet llegar a mucha más gente que pruebe tu producto, lo valide en el mercado y decida apostar por él es más sencillo que nunca. 

Sistema de mecenazgo colectivo 

Miguel Moya, fundador de Injoinet, considera el ‘crowdfunding’ como un movimiento internacional de reciente creación que está teniendo una evolución vertiginosa, aprovechando Internet, las nuevas tecnologías y el uso, ya extendido, de las redes sociales para desarrollar proyectos a partir del interés de un colectivo que aporta capital en cuatro formatos distintos: 
- Donación en plataformas de ‘crowdfunding’. Es el más sencillo de todos y se trata de pequeñas contribuciones que realizan donantes de manera altruista ya que no recibe ningún tipo de contrapartida (quizá una deducción fiscal). Este tipo se suele usar para causas sociales, organizaciones benéficas y, a veces, en campañas de carácter político. 
- Precompra o participación en el caso de plataformas basadas en el método de recompensa. En este caso, los inversores no reciben ningún beneficio económico pero sí un agradecimiento en forma de recompensa o gratificación a cambio de su apoyo. Normalmente esa recompensa es el producto que el emprendedor está intentando sacar al mercado. 
- Préstamo o micro préstamo. Los inversores apoyan el proyecto con pequeñas aportaciones que realizan a través de una plataforma, y esperan un retorno de su inversión con algún tipo de interés fijo en el tiempo que se establezca. La ventaja es que puede ser más fácil ganar apoyo ya que los partidarios se sienten atraídos por conseguir algún tipo de interés. 
- Inversión o equity. Permite a las empresas que buscan capital la posibilidad de vender participaciones de propiedad a través de plataformas de ‘crowdfunding’. Las personas que participan tienen la oportunidad de convertirse en accionistas y tener un potencial retorno financiero. Fundedbyme.com es una forma para acceder a este formato. 

Mobincube, 300.000 euros en dos meses 

Mobincube es todo un ejemplo de éxito de financiación a través del ‘crowdfunding’. Esta ‘start up’ española, cuyo objetivo es la democratización de la creación de aplicaciones para ‘smartphones’ y tabletas, puso en marcha esta ronda de capitalización en agosto de este año que se cerró a los dos meses con 300.000 euros pactados de 33 inversores distintos con participaciones de 3.000 euros como mínimo cada uno. 

En total han conseguido un total de 900.000 euros con aportaciones de pequeños inversores, y los fondos Inveready, Bankinter y Cartera de Inversiones CM. “Desde el principio queríamos crecer rápido. Habíamos desarrollado un producto muy interesante para el mercado y entramos a buscar los recursos para internacionalizarnos”, explica Fernando Marzal, uno de los socios fundadores de la compañía. Su vía ha sido la plataforma ‘The Crowd Angel’. Sus planes para el futuro pasan por mostrar el producto en nuevos mercados. “Hemos creado una sociedad en Estados Unidos y vamos a abrir una oficina allí”, adelanta Marzal. 

Un blog que vale una empresa 

Francesc Hinojosa aprovechó el repentino éxito de su blog personal: Eureka-Startup, para desarrollar una plataforma de promoción empresarial destinada a emprendedores. 

Al principio, comenzó el camino en solitario pero más tarde se unió al proyecto Enric Caumons para liderar el desarrollo tecnológico. “Elegí la fórmula de ‘crowdfunding’ para financiarnos, aunque ese no era el objetivo principal de la campaña. La maniobra tenía dos retos claros: validar un modelo de negocio y obtener unas métricas que permitieran abrir una primera ronda de inversión de capital semilla. El objetivo se cumplió: más de 40 empresas, la mayoría de ellas ‘startups’, recibieron como recompensa a sus aportaciones unos ‘packs’ para publicar un determinado número de ‘post’, que era el producto que ofrecíamos y del que queríamos conocer su aceptación en el mercado”, explica Hinojosa. Ahora, tras haber convertido a Eureka-Startups en una red social, comienza su expansión por Latinoamérica, empezando por Chile, Colombia y México.



No hay comentarios:

Publicar un comentario