miércoles, 28 de agosto de 2013

Guía para conseguir tu marca personal



Un emprendedor ha de comenzar a publicitarse a sí mismo como parte de su propia aventura empresarial. ¡Somos marcas! 


Uno de los temas que más preocupan a cualquier emprendedor es cómo lograr visibilidad para su empresa. En cualquier escuela de negocios nos dirán que  el marketing es el primer paso y uno de los pilares de la estrategia de negocio.
Actualmente la tendencia ya no es sólo publicitar la marca corporativa, sino también la del propio emprendedor, como capitán del barco. ¿Cómo conseguimos esto? Pues a través de lo que se conoce como personal branding o creación de marca personal. Pero, ¿qué es personal branding?  Consiste en la construcción de una marca personal visible, fuerte y honesta con los valores de cada uno, potenciando siempre lo mejor del individuo. Nos permitirá contar a nuestros clientes todo lo bueno que podemos aportarles, resaltando nuestras habilidades, experiencia, conocimientos…  ¿Y para qué? Para que vean dónde está el beneficio y el valor de elegir nuestro proyecto frente a otros.
Recuerda que una de las claves para ganarse al consumidor son la confianza y la transparencia. Tu cliente necesita saber quién eres y qué has hecho en la vida. De nada sirve que tú y tu empresa seáis excepcionales si nadie lo sabe.
¿Y cómo se articula un proceso de personal branding? Éste abarca diferentes fases, pero siempre comienza trazándose un objetivo, una meta que nos diga hacia dónde vamos. Esto nos servirá para   elaborar una estrategia de dirección de nuestro negocio. La estrategia se apoyará con acciones en las áreas de marketing, comunicación, imagen o protocolo. Algunas herramientas son:
  • Coaching: Conocernos, elaborar un análisis DAFO personal y preguntarnos seriamente “qué queremos ser de mayores”. Es lo que llamamos “la isla”.
  • Marketing personal: Diseñar nuestra presencia en Redes Sociales, acciones offline e identidad corporativa.  Cuando tengas dudas sobre qué publicar en el mundo online, sigue esta máxima: Todo lo que escribas permanecerá (bueno y malo). Sentido común ante todo.
  • Imagen personal: No es lo mismo trabajar en el sector audiovisual que en el financiero. No es igual ir a una cena informal con empleados que a una presentación ante inversores. ¿Te vistes igual en todas las ocasiones?
  • Comunicación en público y Protocolo: Un buen proyecto puede fracasar si no está bien comunicado. Es imprescindible saber elaborar un discurso efectivo, atractivo y no carente de cierto componente emocional. Además, debemos saber comportarnos en diferentes contextos y países, sobre todo pensando en que hoy en día los proyectos son globales.
¿Y que hay que hacer para que como emprendedor y profesional, comiences a dejar huella y transmitir una impronta totalmente original?.

Primero, descubre qué es lo que los demás piensan de ti. Cuando vas a comprar un coche o una tablet, preguntas a otros sus opiniones, para saber las características del producto y si es fiable. Pues la marca personal funciona de la misma forma. Los demás preguntarán por ti, por lo que tienes que moldear tu reputación. Antes de edificarla, tienes que saber que no puedes construir si no sabes qué tienes que construir. Y para saber qué tienes que construir, primeramente has de conocer el terreno sobre el que pisas. ¿Constantemente te repiten que eres egocéntrico, autoritario o demasiado blando? ¿Eso nunca te ha dado que pensar?  Pregunta de forma estandarizada a un grupo de personas cercano a ti cuáles creen que son tus principales virtudes y defectos, incluso en qué les serviste de ayuda en el pasado. Conocí a un ejecutivo que hizo este ejercicio y descubrió lo generoso y creativo que todo el mundo le consideraba.
Cuando hayas realizado esta autoevaluación, que podemos definir como parte de un DAFO personal, tendrás un primer inventario de aquello que puedes potenciar y aquello que debes mejorar. Tras esto, ha llegado la hora de definir un objetivo. ¿Hacia dónde vas?, ¿cuál es tu visión y misión?  Si estás leyendo Emprenderalia, seguramente será porque ya has decidido que quieres ser un emprendedor dueño de su destino y feliz por haberse lanzado a crear su propio proyecto. Pero, tras esto, denominado ilusión y sin lo que no se puede arrancar, queda un arduo camino para decidir dónde nos queremos posicionar. Llega el momento de echar un ojo ahí fuera y ver qué amenazas y oportunidades  hay para tu labor como emprendedor y tu marca personal. 
La primera fase de la estrategia es averiguar quiénes somos y hacia dónde vamos. Para saber quiénes somos, una herramienta útil será aplicar un DAFO. Estarás pensando que el DAFO es sólo para empresas. Sin embargo, también se puede  utilizar para analizarnos como personas.
Si conoces un poco esta técnica, sabrás que sirve para examinar las debilidades y las fortalezas (D/F), que se sitúan en el plano de lo interno, y las amenazas y oportunidades (A/O), que se corresponden con lo externo. Mediante ella, podemos potenciar lo bueno que tenemos y minimizar nuestros aspectos más negativos. ¿Tenemos habilidades de comunicación? Vamos a explotarlas. ¿Somos inseguros? Trabajemos con técnicas para creer más en nosotros mismos.
¿Y cuáles son las amenazas y oportunidades que pueden afectarte? Imagina que tienes 50 años, trabajas como arquitecto en una multinacional de la construcción y estás en España. ¿Cuál crees que puede ser tu principal amenaza? Supongo que no te la descubro si te cuento que corres el riesgo del despido por tu edad y el sector en el que estás. Sin embargo, tu despido puede convertirse en una oportunidad para iniciar ese proyecto por tu cuenta que llevabas tiempo acariciando pero que nunca te habías atrevido a iniciar, a pesar de que entre tus contactos tendrías potenciales clientes que valoran tu experiencia como arquitecto en una gran compañía.

¿Y qué elementos se estudian para poder completar un DAFO?

Para las oportunidades, observarás todas las tendencias y situaciones positivas externas que afectan a tu vida personal y profesional.
Para las amenazas, te fijarás en lo contario, es decir, problemáticas externas que rodean tu entorno profesional y personal.
Tus fortalezas son desde tu situación económica, que te permitirá afrontar con mayor o menor desahogo tu aventura emprendedora; tu capital relacional (cuanto más sólido y extenso, mejor);  reputación profesional previa;  habilidades y competencias en las que destaques…
Tus debilidades como profesional pueden situarse en carencias en habilidades, competencias, situación financiera precaria, conocimientos obsoletos, formación escasa…

El ciclo de vida. ¿En qué momento te encuentras?

Además del DAFO,  a la hora de sentar las bases de nuestra estrategia de personal branding, también tenemos que pararnos a reflexionar sobre el punto en el que nos hallamos en nuestro propio ciclo vida, esto es: El momento vital en el que nos encontramos. ¿Recuerdas aquello que aprendíamos en el colegio de que los seres humanos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos? Pues esto es algo semejante. El ciclo de vida profesional se asemeja al proceso de una empresa: Introducción, crecimiento, madurez e incluso declive. ¿En qué momento te encuentras tú?  ¿Estás iniciando tu carrera profesional? ¿Eres joven, ya tienes experiencia pero quieres seguir mejorando y abarcando nuevos proyectos? ¿Has llegado a los 40 y crees que es hora de iniciar tu empresa o alcanzar verdaderas cotas de poder? ¿Sientes que has tocado techo en tu proyecto actual y necesitas encontrar nuevos caminos? Analizando dónde estás, podrás saber a dónde quieres ir y cómo llegar.

La isla

El objetivo soñado. ¿A dónde quieres ir? ¿Quieres crear tu propia empresa?  ¿Ya la has creado pero necesitas consolidarla? La isla es el lugar donde te ves dentro de unos años. Si has hecho un plan de empresa, sabrás dónde quieres estar en 5 años.
Una vez que situemos nuestra isla imaginaria, tenemos que pensar en cómo vamos a lograr llegar hasta allí.  ¿Cuál es la hoja de ruta? Es hora de trazar un plan de acción en marca personal. Ésta te va a acompañar en el logro de tu objetivo. El plan de acción abarca acciones en marketing, en imagen personal, en refuerzo de las habilidades de comunicación…
Esto es fundamental porque no podremos crear ninguna estrategia eficaz si no sabemos de verdad hacia dónde vamos. Como dijo Séneca “ningún viento es favorable para el que no sabe a dónde va”. Es decir, puede ser que estemos navegando hacia un objetivo difuso o incluso irreal, lo que nos garantiza el fracaso porque todas y cada una de las acciones que llevemos a cabo no funcionarán.

Ante todo, tenemos que creer en nuestra Isla del Tesoro y tener la certeza de que hacia allí es a donde nos queremos dirigir.  Si no, corremos el paradójico riesgo de llegar y no hallar la felicidad, además de no haber sido capaces de disfrutar por el camino.

Traslademos esto a un ejemplo práctico:
Imaginemos que somos emprendedores y soñamos con tener una gran empresa, con cientos de empleados, varias sucursales, millones de euros en facturación… Pero, ¿y qué pasa si sólo deseamos esto porque se supone que “es lo que hay que hacer”, aspirar a lo máximo? Y lo peor, ¿y si ni siquiera somos conscientes de que estamos intentando navegar hacia un sitio sólo motivados por creencias falsas? El resultado será que montaremos todo un plan que, al final, fracasará estrepitosamente porque ni estábamos preparados ni, en el fondo, anhelábamos gestionar un remedo de Inditex.

Imagina que descubres que tu sueño es tener una micropyme, una empresa pequeña, con un equipo muy reducido pero sólido, que te permita vivir bien pero sin grandes lujos, disfrutando de paso de controlar la totalidad de tu proyecto y dejándote tiempo para tu vida personal. ¿Y si esto es lo que sueñas y aún no lo sabes? Descubrir tus verdaderos objetivos es auténticamente revolucionario.

Por ahí ha de empezar cualquier proceso de marca personal. Primero tienes que conocerte a ti mismo, saber quién eres, qué posees de bueno para ofrecer, qué destacan de ti, qué debilidades deberías de minimizar, qué oportunidades puedes aprovechar y qué amenazas tendrás que enfrentar, porque las habrá, que nadie ha dicho que la aventura sea fácil.  Tras hacer esto, estarás más preparado para averiguar de verdad cuál es tu Isla del Tesoro.

Y una vez definido todo esto, ya es el momento de comenzar a promocionarnos...

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