En los últimos días, y especialmente a raíz del Real Decreto Ley que conoceremos este próximo viernes, estamos escuchando o leyendo mucho sobre el FROB. Pero, una vez más nos encontramos con un término que los economistas repetimos sin cesar pero que generalmente no explicamos de qué se trata.
El FROB, o "Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria" es un fondo que se creó a mediados de 2009 con 9.000 millones de euros provenientes de dos fuentes: los Presupuestos Generales del Estado (75%) y el Fondo de Garantía de Depósitos (25%) y cuyo objetivo es "gestionar los procesos de reestructuración de entidades de crédito y contribuir a reforzar los recursos propios de las mismas", es decir, reorganizar y solucionar los problemas de necesidades de capital existentes en el sistema bancario. Además de estos fondos, el FROB puede endeudarse para ampliar su capacidad de actuación.
¿Qué ha hecho hasta ahora y cómo ha funcionado?
Las primeras medidas fueron durante 2010 y consistieron en otorgar préstamos con un coste cercano al 8% anual (participaciones preferentes) a las cajas de ahorros que se integraban y solicitaran ayuda para poder hacerlo, siempre bajo ciertas condiciones como reducir gastos de personal, oficinas, lograr mejoras de eficiencia, entre otros elementos. Las entidades que recibieron estos préstamos fueron Banco Financiero y de Ahorros (BFA), Catalunya Caixa, Novacaixagalicia, Banca Cívica, Banco Mare Nostrum, Caja España-Duero y Unnim.
Adicionalmente a estas participaciones preferentes, el FROB otorgó un esquema de ayudas (conocido como esquema de protección de activos, o EPA, sobre los que hablaremos en otra oportunidad) para la incorporación de Cajasur en BBK.
A comienzos de 2011 se incrementaron sustancialmente los requerimientos de capital que las entidades debían mantener (Real Decreto Ley 2/2011), dándoles hasta septiembre para su cumplimiento. En aquellas en las que, pasado la fecha límite, no se había cubierto este requisito, el FROB inyectó fondos. Pero estos últimos ya no fueron préstamos, sino capital. Y como cuando se compra cualquier cosa debe de haber un precio, se realizó una valoración de las entidades para determinar cuánto debía quedarse el FROB. Fue así como el FROB pasó a ser dueño del 89,74% de Catalunya Bank, del 93,16% de Novacaixagalicia, el 100% de Unnim. Cuando intervinieron CAM y Banco Valencia fue el FROB el encargado de administrar y gestionar estas entidades.
Con lo cual, hasta ahora hemos visto que el FROB ha otorgado muchos fondos, ya sea a través de capital o deuda, a las entidades con problemas. Sin embargo, una cuestión que es importante es la forma en la que se ha resuelto: de momento el FROB sólo ha perdido las ayudas otorgadas a CajaSur (392 millones de euros). En el resto de los casos, el FROB no ha registrado pérdidas por estas operaciones. Esto es posible ya que siempre antes de subastar a CAM o a Unnim, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) le compraba al FROB esta participación (al mismo precio que lo tenía registrado) y luego el FGD se las vendió a Sabadell y a BBVA, respectivamente, a 1 euro o a la participación en Unnim a BBVA, asumiendo por tanto, todas las pérdidas.
Por tanto, hasta el momento, los fondos públicos que respaldan al FROB no se han visto perjudicados por las operaciones de recapitalización y reordenación (excepto la de Cajasur), siendo el propio sistema, a través el FGD (tal como explicó Itziar algunas semanas atrás), el que ha asumido estas pérdidas. Por otro lado, el FROB sí ha cobrado los intereses que se le habían fijado a las entidades por los préstamos preferentes que se le habían colocado en la primera ronda de recapitalización.
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