domingo, 7 de agosto de 2016

¿Como se puede innovar en la educación?


La estructura educativa que tenemos hoy en día es precaria para enfrentar los retos que las aulas presentan hoy en día. Tal parece ser que se está educando como en el siglo XIX a estudiantes del siglo XXI. Sin embargo, también están quiénes estudian y ponen en práctica distintas formas de hacer más atractiva el aula y de enseñar: desde el arte, la tecnología, la organización o la gestión, y la pedagogía; las opiniones de los diferentes especialistas, como también de ciertos programas recientemente creados, hablan de una educación innovadora y creativa que está surgiendo y afianzándose.

La creatividad, la libertad de elegir y de equivocarse en el camino del conocimiento son características básicas de esta educación deseada. Tanto en la teoría como en la ley de educación nacional, estos nuevos diseños curriculares están avalados, lo que resta es que los docentespuedan apropiarse de ellos, aprenderlos y enseñarlos. Para que estos cambios funcionen, las escuelas tienen que contar con los materiales necesarios. Es por eso que, desde el Estado, hay distintos proyectos en marcha, muchos de ellos orientados hacia el área de las ciencias naturales, que buscan la "enseñanza por indagación", que los chicos sean protagonistas de sus propias investigaciones e indagaciones. 

El objetivo no es empezar una escuela de cero, sino tener la apertura necesaria e innovar. Adoptar nuevas metodologías, darle un protagonismo diferente al alumno, desafiar el status quo, introducir otras disciplinas al aprendizaje. “…tener una buena escuela es un derecho, no puede ser una suerte. Tenemos que cambiar nosotros, docentes y directivos…”, afirma Victoria Zorraquin, Directora Ejecutiva de Educere Docentes por un Mañana.


Agustina Blanco, consultora en Educación de la Universidad de San Andrés, Enseña por ArgentinayProyecto Educar 2050, explica que la innovación en el aula es un proyecto muy amplio que cubre diversos aspectos que van desde la aplicación del uso de las tecnologías, estrategias pedagógicas, organización del espacio del aula, colaboración entre los docentes. Lo que se busca es lograr la experiencia del aula más efectiva para atrapar el interés de los alumnos, generar motivación y cumplir con los objetivos de aprendizaje. “Innovar es animarse, es confiar que todos pueden aprender más y mejor, tanto los alumnos como los profesionales, sin formatos rígidos", agrega.

Crear Vale la Pena y Programa Arte, Bienestar y Creatividad (ABC) son programas creados especialmente para lograr quitar la noción de arte como algo extracurricular a los contenidos curriculares. El éxito del Crear Vale la Pena hizo necesario trasladarlo a un espacio cultural de encuentro favorable al programa de talleres y producciones artísticas que desarrollan como herramientas de integración social y generación de oportunidades para los jóvenes. Hasta el momento, fueron 59 artistas, 48 docentes y 1260 alumnos los beneficiados por el programa y desde el gobierno argentino apuestan a que cada vez sean más.

"El gran logro ha sido generar aulas de mayor calidad desde la idea de que el arte alienta la curiosidad, ésta impulsa a la creatividad y eso es lo que logra la innovación individual y colectiva.", cuenta Inés Sanguinetti, Presidenta de Crear Vale la Pena. Arte Bienestar y Creatividad (ABC) es una una iniciativa conjunta con la Fundación Crear Vale la Pena, y tiene el propósito de mejorar los aprendizajes, la educación, la cohesión social y el compromiso de la escuela con la comunidad a través de las artes, la cultura y la creatividad.

Ana Ravaglia, de la Subsecretaría de Unidad de Proyectos Especiales del Ministerio de Educación porteño, explica que con Crear Vale la Pena se percataron que sería ideal aplicar el programa en contextos vulnerables para generar un impacto en la comunidad. La iniciativa busca fortalecer el aprendizaje emocional y devolverle al estudiante la alegría de aprender. No plantea nuevos contenidos sino que es una metodología diferente de aprendizaje. A través de diferentes lenguajes artísticos (expresión corporal, artes visuales, teatro, música, danza, cerámica, lenguajes artísticos combinados) se buscan nuevas maneras de que los alumnos incorporen contenidos curriculares como ciencias sociales, historia, matemática, informática, inglés, ciencias naturales y educación cívica, entre otras.

Muchas veces se confunde la innovación con cambios en los diseños curriculares o la inclusión de las nuevas tecnologías. El primer desafío es cómo hacer para que los docentes se apropien de este diseño, lo aprendan y lo puedan enseñar. “Yo creo que la tecnología en sí misma no constituye una innovación, afirma Claudia Romero - Directora del Área de Educación de la Universidad Di Tella.


La tecnología es necesaria pero no suficiente para transformar sistemas educativos ya que no hay garantía de que su uso mejore el sistema educativo. Las TICs facilitan la creación de ambientes propicios para el aprendizaje, donde se pueden adaptar estrategias de enseñanzas modernas e interactivas, motivadoras y desafiantes. El uso de juegos interactivos, por ejemplo, está siendo incorporado gradualmente a las aulas como herramienta pedagógica de alto potencial.

Los resultados, hasta ahora, han sido muy buenos, tanto para los alumnos como para los docentes. De manera que, los argentinos estamos yendo hacia innovaciones positivas en educación, mejorando o renovando modelos, cambiando puntos de vista y creando pensamiento crítico en los escolares.

CÓMO INNOVAR EN EDUCACIÓN
  • Enfoque sistémico: Abordar la problemática del aprendizaje desde un enfoque sistémico, teniendo en cuenta la realidad del estudiante.
  • Calidad en la enseñanza: Tener profesionales formados en universidades destacadas.
  • Medición: Generar indicadores cuantitativos que demuestren que los chicos efectivamente aprenden.
  • Tecnología: Integrar la tecnología en la enseñanza para brindar acceso a la alfabetización digital y motivar a los alumnos.
  • Apoyo a las familias: Para hacerlos confiar en su capacidad de ayudar a sus hijos.

GUSTO POR LA REBELDÍA

Paulo Freire, educador brasileño, desde fines del siglo XX sostenía la necesidad de profundizar en la autonomía de los alumnos. En su libro "Pedagogía de la autonomía" sostiene que "el educando mantenga vivo el gusto por la rebeldía que, agudizando su curiosidad y estimulando su capacidad de arriesgarse, de aventurarse, de cierta forma lo inmuniza (…).

En este caso es la fuerza creadora del aprender, de la que forman parte la comparación, la repetición, la comprobación, la duda rebelde, la curiosidad no fácilmente satisfecha, lo que supera los efectos negativos del falso enseñar. Ésta es una de las ventajas significativas de los seres humanos, la de haberse tornado capaces de ir más allá de sus condicionantes".

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