Hace ya más de uno año, en el que entonces candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, durante el Debate del Estado de la Nación prometió una Ley de Emprendedores, y encima se hacían una serie de propuestas muy concretas para potenciar la figura del emprendedor. Un año después de que el Partido Popular ganara las elecciones, sabemos que las promesas electorales están para no cumplirlas y ya no esperamos mucho... o nada. Pero durante todo este año La Ley de Emprendedores ha ido evolucionando.
Poco tiempo después parecía que las propuestas incluidas en esta Ley del Emprendedor iban cogiendo forma, entre ellas podemos destacar la deducción del Impuesto de Sociedades al contratar al primer trabajador, deducción de su cotización por contingencias profesionales, bonificación durante el primer año del 100% de las cuotas sociales a los menores de 30 y parados de larga duración mayores de 45 años, reducción al 20% del tipo impositivo del Impuesto de Sociedad para empresas con menos de cinco millones de euros de facturas y la conocida tributación por las facturas que no se hayan cobrado.
En este momento, algo más de un año después, no se han materializado la mayoría de estas propuestas de promoción de la actividad emprendedora. Lo que tenemos son algunos destellos de la Ley, de los cuales destacan el contrato para emprendedores, la agilización burocrática, la incentivación fiscal, ayuda a la internacionalización, etc.
Seguramente la más esperada por empresas y autónomos sea de la liquidación del IVA de las facturas cobradas y más teniendo en cuenta que el Estado es uno de los principales deudores de las empresas y autónomos españoles, por lo que se producía la paradoja de que facturas que el Estado no había pagado, el IVA de estas debía de ser compensado al final del ejercicio.
Otra de las propuestas que más expectación ha levantado es la de la segunda oportunidad del emprendedor después de fracasar, ya que el emprendedor está totalmente expuesto al riesgo, su incertidumbre es muy significativa y la estadística de fracaso de nuevas empresas es flagrante. Además le tenemos que añadir el “Te lo dije” una vez se ha fallado.
El fomentar la cultura emprendedora es un aspecto básico de todo país, y más en España donde el 80% del tejido empresarial lo componen PYMES y autónomos. Se da la situación de que muy pocos alumnos optan por el emprendimiento después de finalizar sus estudios, también es verdad que normalmente no tienen muchas oportunidades de desarrollarse mínimamente en la empresa para posteriormente dar el salto.
En conclusión, que aunque teóricamente todo esté muy bien, realmente no se ha hecho nada de lo que se prometió y hoy más que nunca se precisa que la figura del emprendedor sea promovida, fomentar la cultura emprendedora en toda la sociedad y evidentemente crear un marco jurídico apropiado para fluya la iniciativa privada que permita emprender sin trabas burocráticas.
Y teniendo en cuenta el futuro que nos viene, o que ya está, sobre todo se necesita crear una cultura emprendedora en nuestros niños...que crezcan pensando que ser tu propio jefe, y tener ilusión por crear algo y que funcione es mucho mejor que conseguir llegar a ser funcionario, porque ser funcionario o trabajar siempre en la misma empresa es algo que nuestros niños no van a ver probablemente nunca.
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