¿Estás dispuesto a empezar? ¿Te quieres plantear montar tu propio negocio?
Para responder a esta pregunta te aconsejo que no te dejes embaucar. El trabajo de un empresario es despiadado. Poner en marcha un negocio te exigirá mucho esfuerzo, consolidar la empresa te volverá un fanático y cuando entres en declive, que seguro que te llegará el momento, se te irá la vida.
Todo lo que merece la pena cuesta.
- Tendrás que arriesgar. En muchos casos la empresa te exigirá arriesgarlo TODO. ¡Cuidado!, tu familia, tus amigos y tu abogado NO lo entenderán.
- Trabajarás como una mula. Durante los primeros años, una media de cincuenta horas semanales. En vacaciones podrás descansar algo, sólo trabajarás veinticinco.
- El negocio te exigirá sacrificar tiempo para ti, para tu familia y para tus amigos. Lo mejor es que antes de emprender hables con ellos para que lo comprendan.
- Te echarás a la espalda una mochila llena de responsabilidades, a saber: Pelas, trabajadores, clientes, proveedores y bancos. La mochila se hará más grande en cuanto que tu negocio vaya creciendo.
Es maravilloso pensar en los mitos del emprendimiento de Silicon Valley. Cuando comenzaron trabajaban en su garaje creando empresas que transformarían el mundo. Lo que no te cuentan es que 'curraban' dieciocho horas diarias, en un proyecto en el que sólo creían ellos y han terminado medio chiflados.
Teniendo en cuenta todo esto, lo cierto es que algo bueno tiene que tener ser tu propio jefe. Conozco a muy poca gente que después de haber tenido su propia empresa se plantee trabajar a las órdenes de otro empresario.
Preguntas de examen:
- ¿Estás dispuesto a trabajar más que los médicos de Anatomía de Grey?
- ¿Te has comprado una buena mochila para llevar responsabilidades? ¿Tienes buenas espaldas para aguantar?
- ¿Te comprometes a luchar hasta que el cuerpo aguante?
Recuerda estas frases:
- Como El Lute: Camina o revienta.
- Como Rocky Balboa: No hay dolor.
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