Se dice que los jóvenes nacen ya con el conocimiento de la tecnología, pero no es cierto dominan ciertas partes de las tecnologías que utilizan a diario, como los móviles, Facebook y los videojuegos. Pero no destacan en técnicas de búsqueda de Google, gestión de la información digital o edición de imágenes, por poner tres ejemplos.
A continuación proponemos siete habilidades o conocimientos que haría a los jóvenes más competentes al llegar a un entorno empresarial, sobre todo si su fin es emprender. Nos centramos en acciones concretas, más allá de las necesidades más generalistas de adquirir un pensamiento crítico, una buena comunicación oral y escrita, el trabajo en grupo, la capacidad de resolver problemas o la autoformación:
1. Gestionar información digital
Los jóvenes disponen cada vez más de recursos online, que se presentan en formato de herramientas 2.0, videos, artículos, imágenes, tuits y ebooks. Para poder aprovechar esta gran cantidad de valiosa información y encontrarla fácilmente cuando se desea consultar, se hace imprescindible saber seleccionar, leer y capturar contenido digital. La falta de conocimiento de herramientas de gestión de la información digital como los marcadores sociales, lectores RSS, organizadores personales y lectura offline, hace que los estudiantes sean poco productivos en la navegación por Internet, se empachen o pierdan información y no paren de imprimir papeles.
Existen fantásticas herramientas online como Feedly, Delicious, Instapaper y Evernote (todas ellas gratuitas) que permitirán una eficiente organización digital durante sus años académicos y más allá.
2. Técnicas avanzadas de búsqueda en Google
En general cuando se empieza una investigación, los jóvenes buscan información en Google y se quedan con la primera respuesta que encuentran. Raramente prueban entre varios sinónimos para ver si los resultados mejoran. Esta práctica ocurre porque no entienden exactamente cómo funciona el motor de Google, no están familiarizados con simples técnicas de búsqueda y no han evaluado la credibilidad de las fuentes de información.
Google es consciente de esta falta de habilidad y hace unas semanas lanzaba 15 lecciones para el aula divididas en varias categorías de dificultad que aborda los siguientes temas: cómo escoger términos de búsqueda, cómo interpretar y reducir los resultados y cómo evaluar la credibilidad de las fuentes. En ella se propone un reto diario de búsqueda para el aula y que aunque están en inglés, es fácilmente adaptable: A Google A Day. También en el enlace se muestran unos sencillos trucos para que con su práctica diaria pasen a buscar de una forma más profesional.
3. Crear una empresa
Dado que la mayoría de los jóvenes trabajaran en una organización ajena o propia, es de gran utilidad entender las dificultades asociadas con la creación y la dirección de una empresa y sobre todo la comercialización de un producto o servicio. Un estudiante que haya pasado por ello, perderá el miedo a emprender si un día le interesa y estará mejor preparado para aceptar errores o un primer fracaso. Si, por el contrario, decide trabajar para otra empresa, también le ayudará a comprender mejor los retos con los que se enfrenta su directivo.
En España es cada vez más común encontrar centros educativos, en donde alumnos de la ESO deben trabajar en grupos para crear un producto nuevo. Éste es el caso de los tres alumnos del IES Vilatzara, creadores del boli mágico, que permite escribir y dibujar en la propia pantalla del portátil y han sido merecedores del premio Ciencia en Acción. También la experiencia de empresa en el Colegio Montserrat de Barcelona puede ofrecer ideas de planificación a tu centro. Otro recurso útil es la Fundación Junior Achievement , que trabaja con centros educativos para fomentar el espíritu emprendedor con responsabilidad y libertad. En muchos centros de FP se están incluyendo actividades formativas para inculcar el espíritu emprendedor entre los alumnos y exalumnos... e incluso en nuestro centro estamos poniendo en marcha el proyecto Visual HUB
4. Tener extensa formación financiera
Enseñar el concepto de planificación, el valor del ahorro y el riesgo de cualquier inversión es enseñar a los estudiantes a ser adultos responsables y facilitarles su independización. La falta de conocimientos sobre las finanzas afecta sustancialmente a su capacidad de decisión. Quizás con una formación financiera extensa, muchos ciudadanos podrían haber evitado pillarse los dedos con la hipoteca u otras inversiones a pesar de los incentivos engañosos que daban los bancos hace unos años, o por lo menos hubieran entendido que no existe una inversión sin riesgo.
Esta propuesta no es nueva ya que en el 2008 se lanzaba el Plan de Educación Financiera y un portal educativo con juegos, promovido por el Banco de España y el CNMV. Su objetivo era que los estudiantes de la ESO recibieran formación financiera en su horario escolar. NO se trataba de una asignatura independiente sino una incorporación al temario, lo que con toda probabilidad resulta insuficiente. Un programa de formación financiera debería analizar decisiones reales que de adultos nos vamos a encontrar. Por ejemplo, en los más jóvenes existe la extendida convicción de que alquilar es tirar el dinero y comprar es siempre una mejor inversión. Esta página razona los mitos comunes de ser propietario de una casa y sería este tipo de información práctica la que debería ser comprendida por los estudiantes.
5. Respetar los derechos de copyright y dar crédito a su autor
Los estudiantes deben saber que cierto material en Internet está protegido por derechos de autor, el creador es el propietario y se debe obtener su permiso para usarlo. También deben saber cómo citar un recurso o cómo integrar de forma adecuada en su propio trabajo el trabajo de otra persona. Cuando se necesita una imagen, no se puede simplemente descargar y copiar de Google Imágenes sin mirar el tipo de licencia a la que está sometida. Tampoco podemos atribuirnos frases y textos, letra por letra, dando a entender que es de nuestra propia cosecha.
Para entender estos conceptos podemos primero familiarizar a los estudiantes desde edades tempranas sobre qué es el derecho de autor, qué se entiende por plagio y conocer las diferentes licencias de Creative Commons. También deben saber cómo encontrar fácilmente en Flickr, Google u otras páginas web, imágenes con licencia para blogs, trabajos académicos o dominio público. Aquí hay una lista de excelentes bancos de imágenes para profesores y alumnos.
6. Usar las redes sociales con responsabilidad y hagstag:
Los estudiantes no usan de forma apropiada las redes sociales porque no les educamos en ellas en las aulas. Sólo a través de la práctica y errores, pueden aprender sobre una netiqueta correcta, temas de seguridad y las implicaciones de sus acciones sociales en su imagen pública. También desconocen en su mayoría el potencial educativo de las mismas: cómo Twitter puede ser una alternativa de búsqueda a Google, cómo colaborar en grupo en Facebook o cómo contactar con un experto o buscar trabajo en Linkedin.
Los profesores y también los padres tienen la responsabilidad de involucrarse en las redes sociales aunque les sea personalmente poco interesante. Cuando una tecnología no se entiende, normalmente se rechaza y puede crear conflictos generacionales. Cada vez más son los centros educativos que además de usar redes educativas como Edmondo, también enseñan con Twitter y páginas en Facebook. Éste es el caso de los alumnos de 6º de primaria del CEIP San Félix Candás que tuitean sus microcuentos y en Francia en algunos centros empiezan a los cinco años para aprender el abecedario. Facebook también puede aprovecharse en el aula a través de numerosas aplicaciones educativas que se integran con la red.
7. Saber programar código:
Ya hace un tiempo que se inició el debate sobre el contenido que debe enseñarse en el campo de las ciencias de la computación en las aulas. Hasta ahora los estudiantes se han limitado a aprender a usar productos de software, que en muchos casos quedan obsoletos. La propuesta en el Reino Unido es que todos los estudiantes aprendan a programar. Cualquier lenguaje sirve: CSS, HTML, construcción de páginas web, Ruby, etc. Se trata de desarrollar el pensamiento computacional, el análisis, la creación de código y una nueva propiedad intelectual para el país. Se identifica la programación como la nueva alfabetización de la era digital. Desde el entorno laboral también tiene mucho sentido. Las empresas buscan programadores, los fabricantes buscan diseñadores de nuevos sistemas y la demanda de empleo será mayor en empresas tecnológicas.
Los estudiantes pueden iniciarse en el aprendizaje de programación desde la educación infantil gracias a herramientas gratuitas online como Rebeca para docentes de habla española, CodeAcademy, Kids Ruby y Alice. También puede ser interesante consultar estos dos artículos del periódico The Guardian: How to teach code y Teach children how to write computer programmes, que se extienden sobre los beneficios de la programación.
Y por último, aunque ya hemos hablado independientemente de esto, saber hacer un buen curriculum es importante, porque aunque os decidais a emprender sin pasar antes por ninguna empresa, debereis seguramente entregar vuestro curriculum, para alianzas, acuerdos, y debereis o al menos ese es el fin recibir curriculum para seleccionar trabajadores.
Dado que tienes una sola oportunidad para crear una primera impresión, es de suma importancia darse a conocer de una forma atractiva e interesante. Los curriculums son todos prácticamente iguales. No hay creatividad ni diferenciación. Alguien les dijo un día que debía ocupar una sola página, que el formato era un documento pdf en donde se especificaban los estudios, la experiencia profesional y los hobbies y la foto era opcional. Y siguen las instrucciones al pie de la letra.
Con las nuevas tecnologías existe la posibilidad de desplegar creatividad en nuestro CV, creando por ejemplo una infografía con herramientas como Vizualize.me, Kinzaa y Re.vu. La infografía puede ser imprimida o enviar el enlace online e incluso incluir nuestras cuentas en Twitter, Linkedin y Facebook, si pensamos que nuestra imagen digital es profesional. Otra alternativa es crear un blog o página web personal con WordPress, que puede incluir simplemente nuestros intereses, logros más allá de lo académico, reflexiones de temas actuales o proyectos universitarios. Puedes ver aquí un ejemplo de esta idea.
Mas información sobre curriculum:
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